martes, 8 de abril de 2014

El Mágico Reloj de la Puerta del Sol

Hace mucho , mucho tiempo, más de 100 años. Una buena familia de agricultores perdieron toda su cosecha.
Ana, la hija de los agricultores, al ver a sus padres tan tristes tuvo una gran idea y se fue a hablar con su hermano Juan.
-       Juan, he estado pensando mucho mucho mucho y creo que tengo la solución, debemos de ir a pedirle ayuda al reloj mágico de Madrid.
-       ¿qué reloj Ana?- pregunto Juan.
-       Ya sabes, el que esta en la Puerta del Sol, he leído en mis libros que si vas allí el 31 de diciembre y pides un deseo mientras suenan las 12 campanadas, tu deseo se cumplirá.- dijo Ana

Así que Juan y Ana prepararon sus mochilas con algo de merendar y alguna muda de ropa y les dijeron a sus padres que se iban a ver a los abuelos el fin de semana, no querían contarles el secreto a sus padres, por si acaso no se cumplía. 
Tras un largo viaje llegaron por fin a Madrid, estaban muy cansados y decidieron tomarse sus bocadillos sentados en un banco a la sombra de un madroño. Una vez repuestas las fuerzas continuaron con la marcha, atravesaron el parque del Retiro, pasaron por debajo de la puerta de Alcalá, y justo cuando el sol ya se estaba escondiendo llegaron a la plaza Mayor, su mapa les indicaba que ya estaban muy cerquita de la puerta del Sol.
Pero había tantas salidas en la plaza mayor que se equivocaron y salieron por una que les mandaba para el sitio equivocado, ya no sabían que hacer, y comenzaron a ponerse muy tristes… de repente…. Ton….ton… ton…
-       ¿qué es eso Ana?- Preguntó Juan
-       Corre Juan corre, son las campanas de la Puerta del Sol, nos están avisando de que se acerca la hora mágica, corre Juan, no tenemos mucho tiempo.
Ana y Juan corrieron como nuncaaaa, y llegaron justo a tiempo, se agarraron de las manos y en la campana numero 12, pidieron con el corazón:
-       Por favor, ayuda a nuestros padres en la próxima cosecha.
Ana y Juan se quedaron muy callados, esperando a ver si algo sucedía, esperaron, un segundo, dos, tres…. hasta 12 segundos y justo entonces las manivelas del gran reloj cobraron vida.
-       Ana, Juan, habéis sido muy valientes y muy generosos viniendo hasta aquí, para ayudar a vuestros padres. Y podemos ver que lo habéis deseado de todo corazón, por ello, ¡¡¡que así sea!!! Tomad estas semillas, plantarlas y esperar.
Crecerán unas vides fuertes y grandes y de ellas unas magnificas uvas, esas uvas traerán buena suerte a vuestra familia, y nunca más volveréis a pasar hambre. Pero a cambio, deberéis repartir todas las uvas que os sobren a la gente que lo necesita, uvas de la suerte. Además cada 31 de diciembre, vendréis aquí con vuestras familias y amigos, y tomareis una uva con cada una de nuestras 12 campanadas para recibir así el nuevo año.

Y desde ese momento Ana, Juan y sus padres volvieron a tener buenas cosechas, a no pasar hambre y a ser muy felices.
Y como Las vides les daban muchas muchas uvas, cada año las repartían entre los más necesitados como les pidieron las agujas del mágico reloj, y así fue también como cada 31 de diciembre con las 12 campanadas y las 12 uvas, la suerte llegaba a todas las casas de niños y niñas, gracias al mágico reloj de la Puerta del Sol.




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